lunes, 20 de septiembre de 2010

Este blog es PATRIÓTICO


Desde luego que con los muchachos trotskistas, anarquistas y demás internacionalistas podremos coincidir en muchísimas cosas. Pero para mí es fundamental coincidir en la defensa de nuestra soberanía y nuestra dignidad como pueblo. Por ejemplo, yo quiero estatizar los bienes del país pero no sólo para solucionar la miseria, si no también como acto de soberanía, de defender eso que es nuestro, que nos pertenece. Ni tampoco obviamente renunciar al reclamo sobre el territorio del Atlántico Sur que nos fue arrebatado.



Obviamente esto no implica ninguna clase de racismo ni de xenofobia. Al contrario: amar a la patria es compartirla. Sin olvidar que formamos parte de una patria aún más grande, la gran patria latinoamericana. Y desde ya, sin olvidarnos que argentinos somos todos. Y que hasta que que el último argentino en este rincón de este gran país no tenga sus necesidades básicas satisfechas, todavía queda mucho trabajo por hacer. Desde ya que esto no implica dejar de desconocer una implicancia mundial. Pero como decía Lenin, la revolución empieza por casa.

Debemos seguir una línea patriótica, de defensa de nuestros intereses como Nación, de defensa del pueblo. De búsqueda de nuestro bienestar. De respeto de la soberanía como primer paso. Debemos seguir la línea de los patriotas que lucharon contra los ingleses en 1806 y 1807. La línea de Moreno, Castelli, Belgrano, Güemes y San Martín, del Ejército del Norte, de los gauchos salteños, de los granaderos a caballo. La del pueblo que celebró la gesta del 25 de mayo y seis años después la del 9 de julio. La de los caudillos que defendieron sus provincias en pos de un país federal y equitativo. La de los buques que lucharon contra los imperialistas anglo-franceses en la vuelta de Obligado. La de todos aquellos que se animaron a denunciar como los cipayos del "granero del mundo" y la década infame vendían nuestra dignidad, pagándolo de la peor forma.
El pueblo que defiende su interés es el mismo pueblo que salió a las calles en 1945 y 1955, que resistió los embates de las dictaduras vendepatrias impuestas desde afuera y llevadas a cabo por los serviles locales. Incluyendo a aquellos quienes murieron por la "patria socialista" y a todos aquellos desaparecidos que hasta último momento gritaron "viva la patria". Debemos seguir la línea también de los 649 compatriotas caídos en Malvinas, muertos en la lucha por nuestra soberanía.
Y sin ir más lejos, para citar al Comandante Che Guevara, quien fue abatido antes de volver a pelear a su amada tierra natal tal cual lo deseaba, y quien dijo "Por otro lado, debo reconocer que me he sentido guatemalteco en Guatemala, mexicano en México, peruano en Perú, como me siento cubano en Cuba y, naturalmente, me siento argentino en todos lados. Así soy yo, no puedo olvidar el mate y el asado". ¿Y podemos decir acaso que el Che haya sido un xenófobo?

Este sentimiento de pertenencia a un gran pueblo, con una bandera celeste y blanca en común y una historia que todos compartimos (buena o mala, pero nuestra al fin) es algo que yo considero fundamental. Sin patriotismo, no hay defensa del pueblo. Y sin defensa del pueblo, no hay nada.

Seamos libres y lo demás no importa nada (General don José de San Martín)

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